Roberto Verino

Hacía falta un espíritu sensible y vigoroso como el de Roberto Verino para devolver, tras muchos siglos de hazañas y decadencias, de guerras fronterizas y comercio desleal, la gloria al vino local.

Verino, cabeza visible de la familia Mariño, es quien a principios de los noventa puso a rodar el proyecto de Gargalo, descubriendo a la mayoría la existencia de una denominación de origen más en Galicia, la de Monterrei. Es entonces cuando Verín y su comarca reivindican su vocación vinícola.

El proyecto de Gargalo se consolida y los aficionados empiezan a tener un acceso franco a la versión moderna de los vinos de Monterrei.

 Verino, enamorado de su tierra, es quien en su búsqueda creativa, y después de demostrarlo todo en la moda, los perfumes o el interiorismo, acepta el reto de elaborar un vino de altura.

Cuando viaja por el mundo, el diseñador procura dar a conocer a sus invitados, junto a las nuevas colecciones de moda, los aromas y sabores de la tierra, las patatas, el pulpo, las castañas y… el vino, su propio vino, que expresan el respeto por lo más tradicional, combinado con la innovación y la búsqueda de la excelencia.

 “Entendiendo el vino como un placer para compartir alrededor de una mesa y de la buena conversación con amigos. De estos momentos únicos nació la bodega Gargalo”.

Roberto Verino